jueves, 17 de septiembre de 2015
LA MONARQUÍA UNIVERSAL
Por Eduardo Galeano
Ya se desmoronó la cortina
de hierro, como si fuera de puré, y las dictaduras militares son una pesadilla
que muchos países han dejado atrás. ¿Vivimos, pues, en un mundo democrático ¿inaugura
este siglo XXI la era de la democracia sin fronteras? ¿un luminoso panorama,
con algunas pocas nubes negras que confirman la claridad del cielo? los
discursos prestan poca atención a los diccionarios. según los diccionarios de
todas las lenguas, la palabra democracia significa (gobierno del pueblo(. Y la realidad
del mundo de nuestro tiempo se parece, más bien, a una poderocracia)una
poderocracia globalizada. día tras día, en cada país se van recortando más y
más los angostos márgenes demaniobra de los políticos locales, que por regla general
prometen lo que no harán y que muy rara ve* tienen la honestidad y el coraje de
anunciar lo que harán. Se llama realismo al ejercicio del gobierno como deber
de obediencia) el pueblo asiste a las decisiones que toman, en su nombre, los
gobiernos gobernados por las instituciones que nos gobiernan a todos, en escala
universal, sin necesidad de elecciones. la democracia es un error estadístico,
solía decir don Jorge Luis Borges, porque en la democracia decide la mayoría y
la mayoría está formada por imbéciles. Para evitar ese error, el mundo de hoy
otorga el poder de decisión a los poquitos, muy poquitos, que lo han comprado.
El FMI y el Banco Mundial
En la época del esplendor democrático de
Atenas, una persona de cada diez tenía derechos ciudadanos. Las otras nueve,
nada. Veinticinco siglos después, es evidente que a los griegos se les iba la
mano con la generosidad.
Ciento ochenta y dos países integran el Fondo
Monetario Internacional. De ellos, 177 ni pinchan ni cortan. El
Fondo Monetario, que dicta órdenes al mundo entero y en todas partes decide el
destino humano y la frecuencia de vuelo de las moscas y la altura de las olas,
está en manos de los cinco países que tienen cuarenta por ciento de los votos:
Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia y Gran Bretaña. Los votos dependen de
los aportes de capital: el que más tiene, más puede. Veintitrés países
africanos suman, entre todos, 1 por ciento; Estados Unidos dispone de 17 por
ciento. La igualdad de derechos, traducida a los hechos.
El Banco Mundial, hermano gemelo del FMI, es más
democrático. No son cinco los que deciden, sino siete. Ciento ochenta países
integran el Banco Mundial. De ellos, 173 aceptan lo que mandan los siete países
dueños de 45 por ciento de las acciones del Banco: Estados Unidos, Alemania,
Japón, Gran Bretaña, Francia, Italia y Canadá. Estados Unidos tienen, además,
poder de veto.
Las Naciones Unidas
El poder de veto significa, en buen
romance, todo el poder. La
Organización de las Naciones Unidas es algo así como la
gran familia que nos reúne a todos. En la ONU , Estados Unidos comparte el poder de veto
con Gran Bretaña, Francia, Rusia y China: los cinco mayores fabricantes de
armas, que a Dios gracias velan por la paz mundial. Estas son las cinco
potencias que toman las decisiones, cuando las papas queman, en la más alta
institución internacional. Los demás países tienen la posibilidad de formular
recomendaciones, que eso no se le niega a nadie.
La Organización Mundial
del Comercio
Hay derechos que se otorgan para no ser
usados. En la Organización
Mundial del Comercio, todos los
países pueden votar en igualdad de condiciones; pero jamás se vota. «El voto
por mayoría es posible, pero no ha sido nunca utilizado en la OMC y era muy raro en el
GATT, el organismo que la precedió», informa su página oficial en Internet.
Las resoluciones de la
Organización Mundial del Comercio se toman por consenso y a
puertas cerradas, que si no recuerdo mal era el sistema utilizado por las
cúpulas del poder estalinista, para evitar el escándalo de la disidencia,
antes de la victoria de la democracia en el mundo.
Así, la OMC ejecuta en secreto, impunemente, el
sacrificio de centenares de millones de pequeños agricultores de todo el
planeta, en los altares de la libertad de comercio. No tan en secreto ni tan
impunemente, sin embargo: hasta hace poco, nadie sabía muy bien qué era eso de la OMC , pero las cosas han
cambiado desde que cincuenta mil desobedientes tomaron las calles de la ciudad
de Seattle, a fines del año pasado, y desnudaron ante la opinión pública a uno
de los reyes de la monarquía universal. Los manifestantes de Seattle fueron
llamados forajidos, locos, despistados, prehistóricos y enemigos del progreso
por los grandes medios de comunicación. Por algo será.
Tomado de: La
Jornada ,
México, D.F., martes 22 de agosto de 2000.
Patria Grande : Uruguay : Eduardo Galeano
Comentarios
Última revisión: